sábado, 26 de mayo de 2012

Convivencia sagrada


Para quien tenga memoria (o se haya vuelto fanático del único formato musical que supera en calidad cualquier compresión digital) recordará que en los discos de vinilo de antaño venia un sticker con la inscripción “convivencia sagrada”. Con respecto a quien pueda tener un disco de estos en sus manos y que, además lo escuche y lo valore, es que está escrita esta editorial. Hay un término que últimamente se utiliza con frecuencia a la hora de referirse a la juventud que últimamente se está volcando a la política y especialmente al movimiento Kirchnerista, el “trasvasamiento generacional”.  Tal vez con cierta liviandad, pero resulta interesante tomar prestada esta denominación y aplicarla al mundo de la música. 


El domingo pasado me encontraba almorzando con mi familia en un bar cuando, de repente, veo en la televisión un capitulo de “Los Simpsons” que vi por primera vez a los 16 años.  Si bien uno sabe que hay series que terminan llenando espacios en la televisión hasta el fin de los tiempos (que mejor ejemplo que “El Zorro”), lo impactante  era que ese capítulo en especial que tocaba un movimiento que nació a finales de los ochenta y termino a mediados de los noventa como fue el “Grunge”, movimiento al que seguí de cerca durante esos años.  A lo largo del capítulo desfilaban músicos como The Smashing Pumpkins, Sonic Youth y Peter Frampton y los raperos Cypress Hill como artistas del Homerpallooza, espectáculo que parodia al Lollapallooza del ex cantante de Jane`s addiction, Perry Farrell. Todo un paneo generacional con bandas “iconos” del movimiento. Mientras que Peter Frampton no se cansó de llenar estadios en los 70 (con el disco “Frampton comes alive” como testigo), los Sonic Youth son considerados pioneros del rock alternativo que tiene a Pumpkins entre sus mayores exponentes. 

Este género, que dio pie para que toda una generación de músicos que escuchaban los discos de Neil Young, Black Sabbath o Led Zeppelin de sus padres puedan dar como comúnmente se dice una “vuelta de rosca” al rock comercial y al underground, tiene a las “nuevas bandas míticas” como son Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden, Alice in chains, Stone Temple Pilots, etc... 

Los estilos y las letras varían entre los más pesados hasta lo más escuchable en radios comerciales y desde la poesía sin lógica alguna, las relaciones sentimentales, hasta el compromiso político. Así es como el movimiento nacido en Seattle (Norteamérica) se fue extendiendo hasta sobrepasar las fronteras tanto de ese país como musicales, formando parte del “rock alternativo”, término con el que termina confundiéndose ya que los limites de inicio de este y finalización del otro nunca están demasiado claros.

Gracias al poder de la globalización, Latinoamérica tuvo su versión propia de la MTV, que mantuvo el pulso de esta corriente. En sus comienzos, desde este canal se quiso levantar figuras latinas que contrarresten a las yanquis e europeas tomando como un ritmo propio el Ska. Así es como se fomento la aparición de los Fabulosos Cadillacs, La maldita vecindad, Tijuana No (con una irreconocible Julieta Venegas), los primeros Café Tacuba, entre otros. El alcance del término “alternativo” era tan grande allá como acá que también había espacio para Soda estéreo, Aterciopelados, Javiera y los imposibles, Babasonicos, Todos tus muertos, Los tres, Actitud Maria Marta , Los Brujos, Molotov y demás grupos que formaron parte de la banda sonora de las quejas de vecinos y decenas de bares casi clandestinos a los que los menores de edad concurríamos hasta que llegaba minoridad y los cerraba, pedida de documentos de los concurrentes de por medio.


 En medio de la “fiesta menemista” eran tiempos difíciles.  Mientras que en Norteamérica explotaba el “Caso Lewinsky” con Clinton a la cabeza, nosotros hablábamos de mandar aviones a Japón  con el caso Carrasco, la poblada en Cutral Có y con los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel a cuestas. Con este panorama, no es difícil entender como  bandas de nuestro país como TTM o AMM salieron a la luz con un mensaje contestatario. De hecho, una movida internacional de músicos “alternativos” por los derechos humanos fue la que se dio en apoyo a las Madres de Plaza de Mayo con un recital en 1997, al conmemorarse 20 años de la lucha que ellas mantienen hasta nuestros días.

Pero así como en ese momento fuimos “Hijos de la aldea global”, hoy es interesante encontrar páginas de facebook dedicadas al Grunge mayormente pobladas por chicos que apenas nacían cuando el movimiento caía y comenzaba el “Brit Pop” y, tal vez por eso, con versiones propias sobre la historia. En estas páginas se ven esporádicos debates sobre lo que “es grunge” y lo que no y dando fechas que si, son ciertas, pero hasta en ese momento Latinoamérica todavía contaba con cierto “delay” en la salida o difusión de discos o artistas. No todo se veía al instante como lo dice Wikipedia. El cierre de Megaupload como primera víctima de la Ley SOPA (Stop Online Piracy Act)  deja en claro que la manera de compartir archivos y la “piratería” como la vemos hoy en día, no tiene el mismo alcance ni la inmediatez de antaño. Antes un disco “pirata” era generalmente material descatalogado o en vivo de una banda y, por lo tanto, costaba el triple que un disco común, no hay comparación con el término actual. Eso tal vez lleve a que un chico pueda conseguir una discografía completa y volverse un estudioso de una banda, sin conocer del todo el “campo de acción” de la misma en el momento en que surgió en nuestras tierras. Tal vez, de querer hacerlo, va a tener que sumergirse en el mundo de las librerías de usados a buscar revistas de rock como Madhouse o Pelo. Tal vez la industria cultural hace que se renueve el interés por bandas de hace 20 o 30 años atrás, estén los músicos vivos o no. Igualmente, la reformación de bandas como Stone Temple Pilots y Soundgarden (y ahora Black Sabbath con Ozzy Osbourne pero sin Bill Ward) y sus giras mundiales despiertan interés de las nuevas generaciones en sus canciones y hacen que la rueda siga girando.





Sinceramente, nunca pensé que una serie de televisión me iba a situar en el mismo lugar de “trasvasamiento generacional” musical frente a un pibe que anota “nombres” en una servilleta casi de la misma manera en la que yo fui con discos de Manal, Vox Dei, Pink Floyd o Led Zeppelin a hablar con mis padres y tíos, porfiándoles sobre eventos y situaciones que ellos vivieron y yo no. Eso es lo fantástico del arte. 

Lo inmediato y vertiginoso del “capitalismo” hace que uno no llegue a valorar lo que “consume”, pensando que las “obras de arte” y las “genialidades” quedaron sepultadas con Frank Zappa en el siglo XX y que, de haber “Beethovenes” (exceptuando a Phillip Glass), no son los que uno escucha. Bienvenidos al mundo postmoderno

Imagenes utilizadas en el montaje:


http://sp8.fotolog.com/photo/24/56/98/suzume_gazetto_3/1266765391670_f.jpg 

http://desmotivaciones.es/demots/201105/abuela_rockera1.jpg
http://xaxor.com/images/Funny-Russian-grandpa/Funny-Russian-grandpa10.jpg
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